Una clasificación:
Así como las demás disciplinas clasificaron las plantas,
los animales, los elementos químicos, también la música hizo lo propio. Durante
el S XIX muchos coleccionistas de instrumentos musicales comenzaron a
confeccionar catálogos.
Luego dos musicólogos alemanes Hornbostel y Sachs en
1914 se encargaron de clasificarlos y ordenarlos en cuatro grandes familias,
según el elemento que producía el sonido en cada instrumento.
Idiófonos: instrumentos de materiales
naturalmente sonoros: triángulo, gong, campana, platillos, xilofón, celesta,
castañuelas, matraca, sistro, birimbao, armónica de cristales.
Membranófonos: membrana que vibra puesta sobre una
abertura: timbales, pandereta, tambor
Aerófonos: aire puesto en vibración: acordeón,
trompetas, trompas, flautas, clarinete, saxo, oboe, corno inglés, fagot.
Cordófonos: cuerdas tensas puestas en vibración:
cítaras, clave, piano, guitarra, violín, viola, chelo, contrabajo, liras, arpas
Con posterioridad a esta clasificación, muchos autores
agregan una quinta familia, el grupo de los Electrófonos, instrumentos
que generan sonidos a partir de medios electrónicos: sintetizador, guitarra
eléctrica.
Es la que hace referencia sólo a los
instrumentos de la orquesta clásica europea.
Los divide en tres grupos o familias:
de
cuerdas (violín, viola, violonchelo y contrabajo),
de viento (a su vez divididos en maderas (flauta travesera, oboe, clarinete y fagot y sus derivados) y metales (trompeta, corno, trombón y tuba y sus derivados)
de percusión
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